A veces pasa: vas conduciendo y cae un aguacero. Los retrovisores, entonces, pueden llenarse de gotitas y reducir tu visibilidad en un momento en el que te resulte difícil parar para limpiarlos con un paño. Sin embargo, puedes evitar que esto pase con un truco casero muy sencillo.
Solo tienes que coger pasta de dientes y un paño de microfibra. Antes de viajar, pon un poquito de pasta de dientes en el espejo y extiéndela bien por toda su superficie. Después, frota con un paño de microfibra hasta que no sea visible. Ya está: las gotas de lluvia resbalarán si te encuentras con un chaparrón y podrás ver sin problemas.
La razón es que los dentífricos tienen agentes detergentes capaces de crear una película protectora frente a la lluvia y la nieve. Esto hace que las gotas se desplacen rápidamente por el espejo, sin que el agua se llegue a condensar. Los líquidos no se fijan y tú podrás ver mejor.
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Fuente: El País.