La sal de la carretera nos ayuda a aumentar nuestra seguridad mientras circulamos. Evita la formación de placas de hielo que pueden hacer que nuestro coche pierda adherencia, sin embargo, también tiene otros efectos no deseados que conviene evitar.
De hecho, la sal puede causar daños en la pintura, la carrocería y las llantas de los coches. Además, puede acelerar la oxidación de elementos como los amortiguadores, el tubo de escape, los frenos o el radiador. Estas son algunas de las razones por las que no debes dejar pasar mucho tiempo antes de lavar tu coche si has circulado por zonas con sal.
En concreto, se recomienda que no transcurra más de una semana desde que se haya circulado por carreteras en las cuales de haya vertido sal para lavar el coche. Al hacerlo, no te olvides de eliminar bien el salitre de los bajos del vehículo para evitar la corrosión de los distintos elementos que puedan haber estado en mayor contacto con él.
Presta especial atención también a las llantas: si están muy sucias, puedes utilizar productos de prelavado específicos que te ayudarán a eliminar los residuos perjudiciales.
Si puedes, recuerda secar correctamente tu vehículo después de lavarlo para evitar que se forme hielo a partir de los restos de agua que queden sobre él.
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Fuente: Istobal.
Foto: Gian-Reto Tarnutzer en Unsplash