Seguro que has oído hablar muchas veces de la seguridad activa y la seguridad pasiva en los vehículos. Sin embargo, es probable que no tengas muy claro qué diferencia existe entre esos dos conceptos y qué elementos de tu coche pertenecen a cada uno.
Distinguirlos es muy sencillo: la seguridad activa engloba los elementos que tratan de evitar una colisión, mientras que la seguridad pasiva abarca los que reducen la gravedad de un accidente.
Así, la seguridad activa comprende elementos estructurales del vehículo (neumáticos, sistemas de dirección y suspensión, frenos o iluminación), además de tecnologías de e-safety como el sistema antibloqueo de frenos (ABS), el programa electrónico de estabilidad (ESC), los sistemas de control de presión de los neumáticos, el control de velocidad activo (ACC), el sistema de frenado de emergencia o el de alerta por cambio involuntario de carril, entre otros.
En cuanto a la seguridad pasiva, se refiere a los elementos que actúan después de que se haya producido un accidente y sin necesidad de que actúe el conductor. Se trata de componentes como el cinturón de seguridad, los sistemas de retención infantil, reposacabezas, airbags, paragolpes y elementos de diseño como la carrocería, el capó o los pedales deformables, entre otros.
Todos estos elementos deben revisarse periódicamente en tu taller de confianza y mantenerse en buen estado para que puedan cumplir con su función llegado el caso.
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Fuente: RACC.