El número de conductores que se decantan por un coche con cambio automático es cada vez mayor. Los principales argumentos de quienes toman esta decisión son una mayor facilidad y confort de conducción. Y es cierto, porque el coche no se cala, no se desliza en las cuestas... Pero es que, además, el cambio automático alarga la vida mecánica de los coches.
La explicación es tan lógica como sencilla: al no tener que pisar el embrague, el vehículo no sufre las consecuencias de su mal uso que, en la mayor parte de las ocasiones, provoca un desgaste excesivo de algunos elementos del motor.
Ahora bien, como todo, la transmisión automática también presenta algunos inconvenientes, siendo estos dos los que más pesan en la decisión de compra de los conductores: los coches automáticos son más caros que los manuales y su reparación en caso de avería es más costosa.
Vulco es el médico de cabecera de tu vehículo. Encuentra aquí tu taller Vulco más cercano.