El viento fuerte es una posibilidad que nos podemos encontrar en cualquier momento del invierno. En la carretera, este fenómeno es un factor de riesgo más que se debe tener en cuenta.
Las ráfagas repentinas pueden modificar la trayectoria de nuestro vehículo e incluso llevarnos a invadir el carril contrario. El peso del vehículo influye mucho, pero no está de más informarse antes de salir de viaje si hay alguna previsión meteorológica que anuncie la presencia de vientos fuertes.
Si nos encontramos con este fenómeno mientras conducimos, es muy importante moderar la velocidad y sujetar con firmeza el volante. De esta manera, evitaremos perder el control sobre la dirección del vehículo.
Otra de las claves para conducir con viento consiste en tener en cuenta por dónde circulamos. Conviene extremar las precauciones al circular sobre viaductos, zonas descubiertas, a la salida de los túneles, así como al adelantar a camiones y otros vehículos pesados. En esas situaciones, las ráfagas de viento pueden sorprendernos con más facilidad.
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Fuente: DGT.