Cuando aparece el calor, suelen hacerlo también los molestos insectos. Esto se nota especialmente cuando hacemos un viaje en coche: se pegan tanto al parabrisas y la carrocería, que después cuesta un triunfo eliminarlos.
El problema es, tal y como explican en ABC, que se resecan con el aire de la marcha y el calor. Pueden llegar a dificultar la visibilidad, así como la limpieza del vehículo a la vuelta. Así que no está de más tener en cuenta estos dos trucos:
- Llena el depósito de líquido lavaparabrisas antes de salir: lo mejor para que los insectos no se incrusten es humedecerlos en cuanto aparecen en el cristal. Nada de esperar a no ver nada: hay que dar pasadas con frecuencia con el líquido y las escobillas para poder retirarlos cuanto antes.
- Moja bien la superficie antes de limpiar: al terminar el viaje, puedes utilizar una espuma para desincrustar los insectos y retirar los restos con papel de cocina. Si no tienes este producto, mójalos con agua templada y utiliza el chorro de la manguera de alta presión como si fuese una espátula.
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